Comentarios a mi libro “Arreolanza” el día de su presentación por Pedro Mariscal y Axel Flores

El día de la presentación de mi libro “Arreolanza o La Clase de Arreola”, los dos que comentaron mi obra, dijeron las siguientes cosas, aquí precedidas de mi introducción:

He de poner aquí dos revisiones extraordinarias de cuando mi libro fuera presentado en la misma cabaña en la que Arreola me enseñara tantas cosas tan buenas y tan bellas:

He aquí la primera, cuya dedicatoria a mano pongo al principio, y cuyo nexo de video en el Internet es el siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=TPZ5WPkAZio

“A mi amigo Fernando Castro Chávez, en este día memorable de la inauguración de la “Cátedra Guillermo Jiménez” y de la presentación de tu libro “Arreolanza” (luego viene el lugar y fecha). Con afecto: Pedro Mariscal”

ARREOLANZA

De Fernando Castro Chávez

Comentarios al libro y a su autor.

Pedro Mariscal

Casa Taller Literario Juan José Arreola (Pedro Moreno S/N, colonia Loma de Barro), martes 27 de noviembre de 2018.

“Arreolanza”: Un reporte de investigación de la obra literaria del escritor zapotlense Juan José Arreola, a quien Fernando rinde homenaje con este libro, en el marco del centenario del natalicio del autor de “La feria”, y nombrado Benemérito de Jalisco en grado ilustre por el Congreso del Estado, en septiembre de 2015.

Fernando se encarga de hacer su propia presentación de esta interesante obra cuando afirma lo siguiente: “Arreolanza” es una remembranza pero también es una añoranza, es el hablar de manera inspirada…

El mismo Fernando Castro Chávez, vuelvo a decir, nos da las claves de la presentación de este, su libro al confesar que aplicó el método científico para procesar y ordenar los interminables datos que están disponibles, para ilustrar de una manera significativa, los puntos prácticos que Juan José Arreola le heredara, asumiendo la condición de “discípulo” de Arreola; es decir, su fiel seguidor y practicante de las enseñanzas literarias de su maestro… Arreola, escritor que provoca, que anima, que entusiasma; es un autor de insospechados destinos; es un escritor que te remite a las múltiples ramificaciones de la literatura y de la poética universales.

Fernando descubre la negativa de Arreola a ser encasillado en algunos “ismos” literarios, sin embargo el autor de “Arreolanza” se atreve a sugerir que Juan José bien pudiera ser el creador del “Realismo plástico”, frase utilizada por el mismo Arreola para describir la transfiguración de su maestro de primaria José Ernesto Aceves, de la escuelita “Renacimiento”, quien, cuando leía en voz alta, se transformaba en un “Realista plástico”, al igual que lo hacía nuestro multicitado Juan José Arreola, con su técnica de la “Elasticidad ramificante”.

“Arreolanza” cuenta con un prefacio hermoso escrito y compartido por la siempre generosa y atenta escritora y poeta Virginia Arreola Zúñiga, quien respalda, con sus palabras, la obra de investigación de nuestro amigo Fernando. Comparte doña Virginia, revelaciones insospechadas y asombrosas, que modifican por completo la percepción que el lector tenía del Maestro Juan José Arreola. Hay que leer este libro para descubrir lo que estoy diciendo, hay que dedicarle horas a la lectura para empaparnos del espíritu creativo de os Arreola de Zapotlán, pero antes de continuar, no quiero pasar por alto el hermoso soneto que escribieron juntos, Juan José y Virginia, con el método colaborativo, tan de moda hoy en educación y ya practicado desde antes por nuestros grandes de Zapotlán: Una línea Juan José (nones); una líneaVirginia (pares)… hasta completar el soneto…

Soneto

Por Juan José Arreola y Virginia Arreola Zúñiga (1951)

Tiempo de Zapotlán, tiempo dormido

al pie de un monte que tu sueño vela.

Despierta la campana que cincela

en círculos su bronce estremecido

En la ciudad de Chicago, Illinois, el 20 de septiembre del presente año, a donde acudí con la representación de la Casa Taller Literario Juan José Arreola, misma que amablemente me otorgara el Maestro Orso Arreola, para asistir a un homenaje en honor a su padre, mismo que la comunidad cultural zapotlense y mexicana le organizara en las instalaciones de la UNAM, Chicago, con la presencia de las autoridades educativas y consulares mexicanas en aquella ciudad, leí un soneto del maestro Arreola que dice:

Soneto

Por Juan José Arreola (1943)

Quisiera preguntar de dónde llega,

si viene por la luz o con el viento,

esta clara efusión de sentimiento

que recorre mi ser y que lo anega.

A dulzura sin fin el alma entrega 

y olvida su pensar el pensamiento,

ya no sé lo que soy ni lo que siento,

ni luz que me ilumina o me ciega.” 

‘Estoy lleno de sol, de primavera,

de flores y de pájaros por dentro,

de internas brisas y profundas voces.

Esto que ahora soy antes no era,

si busco lo que fui ya no lo encuentro.

Amor dime quien soy, tú me conoces.’”

En aquella ciudad y en el salón de la UNAM, Chicago, con una asistencia mayoritariamente migrante, hice hincapié en el verso doce: “Esto que ahora soy antes no era”, porque, volviendo a la persona del autor de “Arreolanza”, “esto que ahora es… antes no era”. Fernando se ha transformado así mismo gracias al estudio y a su amor por las letras. El cúmulo de sus evocaciones, Fernando las atesoró en su infancia y juventud, porque en el fondo sabía que algún día las sacaría a la luz. Él se sentía depositario de una misión, digámoslo así, en términos religiosos y bíblicos, porque también esa faceta espiritual la aprendió de Arreola, quien era un experto en memorizar pasajes y versículos para luego transfigurarlos en literatura.

“Esto que ahora soy, antes no era”, les dije a mis paisanos y prediqué, perdón por eso, pero no pude aguantar el impulso de señalar que todos los que en esa sala me estaban escuchando, como ustedes hoy: “Esto que ahora somos, antes no éramos”, porque la palabra, vertida en educación, esperanza e impulso por buscar un mejor destino, nos había transformado a todos. Y rematé con esto: Arreola fue un migrante, salió de Zapotlán el Grande a la Ciudad de México, a la edad de 17 años, en busca de un mejor destino y “La palabra se hizo Arreola, y habitó entre nosotros”. Mis paisanos de Chicago y Fernando, que también es migrante, “esto que ahora son, antes no eran”. No cabe duda que la palabra: nos moldea, nos construye y reconstruye y este libro que nos entrega Fernando, su “Arreolanza”, a los que tengamos la fortuna de leerlo “de cabo a rabo”, tengan la seguridad de que transformará la visión que teníamos acerca del Maestro Arreola y entonces, “lo que ahora somos, después de esta lectura, ya no seremos”. El cambio interior es permanente, aunque no nos demos cuenta.

Retomando el hilo de esta conversación: estamos hablando hoy aquí, en la Casa Taller Literario Juan José Arreola, imbuidos de su espíritu, de la obra “Arreolanza” y de su autor Fernando Castro Chávez, quien es Ingeniero Agrícola, Zootecnista, Biólogo Molecular, Científico, experto en el dominio del idioma inglés, habitante asiduo de tres universidades mexicanas y de un colegio norteamericano, y… aunado a todo eso, investigador literario de la obra de su maestro Juan José Arreola.

Fernando sistematiza las clases de Arreola, es decir, las lecciones que él recibió en esta casa de una manera espontánea y en el desorden arreolino – que es en sí mismo – el nuevo orden de la creación literaria. Y enumera en este tratado las doce lecciones que aprendiera del autor de “Confabulari”o: 1. Leer, 2. Buscar Originales, 3. Comparar, 4. Discernir, 5. Vocalizar, 6. Seleccionar, 7. Recordar, 8. Imitar, 9. Inspirarse, 10. Vivir, 11. Escribir, 12. Enseñar (13. Amar, 14. Creer), mismas que se ofrecen al lector con generosidad y a los aprendices de escritores para que guíen sus pasos en este duro oficio que requiere de vocación, entrega y rigor literario.

Arreola atrajo – y lo sigue haciendo – admiradores de su personalidad, de su obra y de su generosidad como editor, mentor y maestro de diversas generaciones de escritores que aprendieron y publicaron bajo su auspicio, como Carlos Fuentes, Vicente Leñero, René Avilés Fabila, por citar sólo a algunos… Puedo ubicar – y espero Fernando esté de acuerdo en la siguiente inclusión – al propio hijo del ilustre escritor zapotlense, Orso Arreola Sánchez, a la poeta y escritora Virginia Arreola Zúñiga, hermana de “El último juglar”; a la investigadora y escritora Sara Poot Herrera (“De las ferias, la de Arreola es más hermosa”), a Felipe Vázquez, investigador y poeta; a nuestro amigo Víctor Manuel Pazarín, escritor (“Arreola: Un taller continuo”); a Jorge Souza Jauffred y Dante Medina, de incuestionable presencia arreolina, al Dr. Vicente Preciado Zacarías (“Apuntes de Arreola en Zapotlán”)… y a muchos otros escritores, poetas, narradores que han abrevado en la fuente inagotable de la luminosidad de Arreola, porque – hay que decirlo –, Arreola es un escritor que provoca, que anima, que entusiasma; es un autor de insospechados destinos; es un escritor que te remite a las múltiples ramificaciones de la literatura y de la poética universales.

Otro poeta que admiró a Arreola, Carlos Pellicer, le dedicó este ‘Otro soneto a Juan José Arreola’, y concluye diciendo:

“Tú que dices las cosas desde el vaso / donde se bebe el día entre diamantes… Las manos siempre pones sobre raso / y allí están las palabras fabricantes… Estoy atento a lo que tú señalas… si en un instante la belleza instalas” (Carlos Pellicer, Las Lomas, 9 de mayo de 1962).

Para finalizar diré, pidiendo disculpas, que este tratado – “Arreolanza” –, que habla de la obra literaria de Juan José Arreola, pero de manera especial de “La feria”, no es un libro apto para principiantes, pues la profundidad documental con la que Fernando sustenta su hipótesis: “¿existen o no, algunos puntos localizados y discontinuos que con precisión nos ayuden a comenzar a entender la mente del escritor (en este caso Arreola)?”, hacen que su lectura se sustente en una especie de iniciación de la vida y obra del escritor zapotlense, pues la hipótesis que Fernando plantea acepta la respuesta afirmativa: ¡Sí, sí los hay!, y de esto se trata este libro. De allí el carácter informativo de “Arreolanza”, que bien pudiese tornarse en formativo, por obra y gracia de la palabra escrita.

Concluyo mi disertación con ésta décima:

Arreolanza

Por Pedro Mariscal

Es Fernando Castro Chávez

Un hombre propositivo

Que piensa en aumentativo

Las lecciones que una vez

Aprendiera como un pez.

Arreola, arreolar y lanza,

Que se escucha en lontananza

Una tremenda arreolina,

Es la lengua parlanchina…

¡Las lecciones de Arreolanza!

Y un soneto que está en proceso:

Soneto a un alumno de Arreola

Por Pedro Mariscal

Juan José nunca hubiese imaginado

Que un alumno brillante escribiera

Un libro que sus clases reuniera

Para quienes su obra han admirado.

A la distancia del tiempo, hoy aquí,

En esta casa de recuerdos gratos,

Donde recopilo todos los datos

Que pongo en mi Arreolanza para tí.

Este fiel homenaje al centenario

De un natalicio al que brotaran alas

Por la magia de tu verbo literario

Es la múltiple voz…

Finalmente, quisiera homenajear yo mismo a Arreola con una de mis “Décimas arreolinas”:

Juan José Arreola

Por Pedro Mariscal

Publicó “Confabulario”,

“La Palabra Educación”,

Redactó “Varia Invención”,

Y con su libro “Bestiario”

Fue tejiendo su “Inventario”.

Escribir es cosa seria

Y no andar en periferia…

Arreola con “Palíndroma”

No estaba en cosas de broma,

Pero a mí… ¡dénme “La feria”!

Muchas Gracias,

Pedro Mariscal.

He aquí la segunda (de nuevo pongo primerola dedicatoria a mano que me pusiera en las hojas de su presentación), y cuyo nexo de video en el Internet es el siguiente (el cual también incluye a la anterior completa, antes del min. 31:56, que es donde comienza ésta):  https://www.youtube.com/watch?v=eQJYiVtiS5s (pido una disculpa, pues al copiar el texto veo que las palabras se pegan, he tratado de irlas separando a todas renglón por renglón, pero si alguna se me pasara: ¡háganme el favor de separarlas!)

“Para Fernando Castro-Chávez por arreolar la palabra educación, de su amigo, con afecto: Carlos Axel Flores V. 27 nov., 2018.”

 ARREOLERÍAS

POR CARLOS AXEL FLORES VALDOVINOS

Reseña del libro

Arreolanza o la clase de Arreola

Fernando Castro-Chávez

PREFACIO

“Un poco de luz vamos a buscar. No se espere, por supuesto, cosa mayor. Doy lo que tengo; que otros capaces de hacer más hagan su más, como yo hago mi menos.” JOSÉ ORTEGA Y GASSET

Me complace presentar en el marco del Centenario del Natalicio de Juan José Arreola, el libro en homenaje de Fernando Castro-Chávez: Arreolanza o la clase de Arreola.

Fundamentos epistemológicos y didácticos: Clase, seminario, curso, taller o Cátedra.

Cabe decir en los Apuntes de Arreola en Zapotlán (p. 14) Vicente Preciado Zacarías señala que: “El proceso de enseñanza en Arreola es socrático. Reconoce cualquier lugar. Allí se instala su palabra como un palafito que aparta al atónito discípulo del cieno y del pantano que lo habita. Desde su plataforma peripatética el arduo maestro, construye, peldaño a peldaño, una escala por donde luego suben y bajan seres de mirada impávida y frentes ceñidas de puros resplandores”.

Pablo Brescia sintetiza las vertientes del pensamiento de Arreola:

“Alatorre divide la obra en tres preocupaciones: la ética-teológica, la sexual y la estética (citado en Ojeda, 1969, 10); Ojeda habla de Ars poética, la comunidad (sobre la novela La feria y textos de contenido social), lo mágico (textos que se relacionan con lo fantástico y el realismo mágico), la caverna (textos sobre la mujer y el amor) y la desilusión del bien (textos sobre la religión y la moral). Washburn (1983) sugiere cuatro secciones: «Being in the world» (“Estar (y/o ser) en el mundo”), «The mischief of woman» (“La malicia de la mujer”), «The suffering God» (“El Dios sufriente”), «The drama of being in (“El drama de estar en:”) Zapotlán el Grande»; Acker (1984) señala los temas existenciales y teológicos, la sociedad, las mujeres, el arte, el libre albedrío, la aventura humana y el realismo mágico; Mora (1986) clasifica la obra según la crítica social, la nostalgia de la mujer y crítica del matrimonio, el arte y la enseñanza y la religión y la moral. Yurkiévich (1995) cataloga la humana animalidad (sobre Bestiario principalmente), el amor maldito, la religión y La feria; Castañón (1999) propone tres cuerdas: el amor, las mujeres y el matrimonio; las fantasías mecánicas y las sátiras sociales e industriales y las evocaciones de la infancia y de Zapotlán. Granados habla de vectores: «lúdicos, fantásticos, clásicos y populares. El primero conduce sus textos por el camino del humor, del juego de palabras e imágenes. El segundo los lleva hacia el reino de lo irreal, con algo que podría ser visto como antecedente del realismo mágico. El tercero señala hacia las bibliotecas llenas de autores antiguos, vivos en el papel. El último apunta hacia el rescate y la valoración de cierto rostro mexicano, el de las figuras que pueblan las ciudades de provincia» (1994, 45). Para Arreola, sus temas son«la convivencia y la imposibilidad del amor. También el aislamiento y la soledad». (Carballo, 1994, 453).

Arreola plurifacético: El maestro, el filólogo, el decidor, el juglar, el poeta, el crítico, el ensayista, el lector, el intérprete, el actor y el editor.

Ahora bien, la intenciónde Fernando Castro-Chávez lleva un giro en espiral al tratar de explicar la obra de Arreola desde un “Realismo plástico”, en el sentido de plasticidad, de flexibilidad, dentro de la “tendencia realista de la literatura fantástica”. El “realismo plástico”, pone entre suspenso el mundo cotidiano para recrear una nueva experiencia lúdica y estética. La literatura de Arreola posee un “realismo plástico” debido a que moldea la realidad en vigorosas fantasmagorías: bellas o monstruosas. El estilo arreolino posee como género vario inventivo una “elasticidad ramificante”, que permite una red de vasos comunicantes o interconexiones existentes y posibles, su obra se abre y cierra, es inagotable como la banda de Moebius. Algunas de estas cualidades de su “palindroma de cristal” consisten en condensar, analizar, destilar y cristalizar la obra de arte literaria.

El método científico se trasvasa en terrenos de la ficción y lo literario para ordenar, clasificar, contrastar e ilustrar aspectos relevantes a partir de puntos prácticos de las enseñanzas de Arreola.

Fernando Castro se cuestiona en Arreolanza si acaso se pueden encontrar puntos localizados y discontinuos que nos ayuden a comprender la mente del escritor (Arreola).

La hipótesis afirma quepuede ser posible a partir de: “Las claves de Arreola”, es decir, las enseñanzas que el maestro dejó a lo largo de su vida. Este contraste entre vida y obra nos permite ahondar en este arreolario.

Los doce pasos de este método de “Arreolanza” consisten en doce preceptos categóricos o principios éticos, estéticos y religiosos.

Doce reglas que ordenan el espíritu: leer, originales, comparar, discernir, vocalizar, seleccionar, recordar, imitar, inspirarse, vivir, escribir, enseñar.

Dentro de tres estratos primordiales del pensamiento: científico, estético y espiritual. Asimismo, la “Clase de Arreola” parte desde un método valorativo e interpretativo que permite lograr una 1, Sitematización científica; 2, Belleza estética literaria; y 3, Preocupación espiritual.

Libro con formato de clase, esto es, con carácter pedagógico.

Antes de avanzar, quisiera explicar brevemente en qué consiste esta enseñanza-aprendizaje apartir del desarrollo de habilidades del pensamiento en Juan José Arreola.

El conocimiento requiere del desarrollo de habilidades, técnicas y recursos pedagógicos. Dichas habilidades nos permiten una construcción simbólica de lo real a partir de construcción de categorías del pensamiento. La filosofía consiste en la creación de categorías, ya que toda creación es autocreación.

Arreolanza, como método de análisis e interpretación nos enseña que las operaciones de pensamiento son importantes en el proceso educativo: habilidades lecto-comprensivas, lógica de la argumentación, habilidades analíticas y descriptivas, inferencias o deducciones, la vía de la intuición, emoción, abstracción, etc… Operaciones del pensamiento: Observación, comparación, clasificación, categorización e interpretación.

De esta manera, podemos asomarnos a un pensamiento filosófico y pedagógico en la obra de Arreola.

“La clase de Arreola” nos advierte núcleos temáticos y niveles de análisis. Los principales núcleos fueron las operaciones de pensamiento, las categorías y las habilidades de reflexión y creación filosófica. Los niveles de análisis fueron configurados mediante las perspectivas teóricas que podían ofrecer apoyo en el esclarecimiento del núcleo mediante la revisión de textos. Hay que volver a leer y releer a Arreola.

Las operaciones del pensamiento nos llevan hacia un modelo de interpretación apto para la enseñanza: la hermenéutica arreolina desde el pensamiento analógico.

De esta forma, “Arreolanza” es la andanza: “paso a paso se van revelando los niveles de análisis de dicho acercamiento: el sensorial, el de los núcleos simbólicos, el de la interpretación y la descripción densa, el de la contextualización, y el de la analogía entre la vida y la religión”. (Agustín Morett, Desarrollo de habilidades filosóficas, UDG, 2006, p. 23).

De arreolística:

La moraleja “De balística” y el cuento sobre “El discípulo” nos enseña a comprender que la autoformación comienza con la libre enseñanza. En el primer relato se halla la confrontación: académico vs poeta. En el segundo se detalla la relación maestro-discípulo desde el ámbito artístico. Es el debate entre presentación y representación en el acto creativo, es decir, entre arte y realidad. Arreola “simpatiza con la visión del discípulo que rescata la belleza de la realidad y entiende el fracaso inherente en todo acto creador, cuya forma nunca podrá captarla la vitalidad de la existencia”. (JJA, La Habana, 313).

Fernando Carlos Vevia Romero escribe a propósito lo siguiente: “Cultura es todo un Juan José Arreola hablando en Zapotlán con sus amigos”. (Castro, 2018, p. 37).

Arreolanza contiene una antología de fragmentos que Arreola gustaba leer y releer.

La Clase de Arreola es un estudio pedagógico, moral y religioso dedicado a la investigación literaria para descubrir valores altamente humanos y espirituales a partir de la Biblia como Libro Universal que nos da la llave de entrada al paraíso y al infierno terrenal de Arreola. Por su variedad de géneros, la lectura y exégesis bíblica nos permite contrastar las diferentes fuentes a las que acudió Arreola en busca de salvación y “sofrosine” (“entereza mental”): “Arreolanza rima con Bienaventuranza”.

Desde esta perspectiva, podemos trazar un estudio pedagógico con la variante ética y teológica. Leer para llegar a ser buenas personas. Instruirse moralmente. Leer la Biblia para imitar a los prodigios humanos de esa fauna celestial: santos, ángeles, arcángeles, serafines hasta llegar a la auténtica imitación de Cristo. La lectura se vuelve lectiofanía o revelación que lleva a la conversión espiritual.

La lectura como percepción: aprender a leer para recordar, seleccionar y conversar.

La memoria es la materia afectiva de Arreola: “La obra de Arreola es, en síntesis, memoria fonética. Lectura-electiva. Relectura-selectiva, y consulta continua y continuada de diccionarios y enciclopedias en donde una referencia lo llevaba a otra y otras más, como los saltos de caballo en ajedrez”. (Zacarías, 2014, p. 15).

La lectura es un ejercicio mnemotécnico fundamental de la enseñanza: “La lectura ha completado mi experiencia de la vida… me ha hecho apto de comunicación mediante la administración de la memoria”. (Castro, 2018, p. 41).

Arreolanza es una remembranza o añoranza de volver a arreolanzar o arreolar o arreolinar la palabra: “Se tiró al suelo en una arreolino total”, quiere decir: Acto de producir poesía con una bella sonoridad espontánea y no premeditada. Repentinamente lanzar frases o labrar ideas. El hablar oralmente arreolino consiste en ese contrapunto y fuga que es el arte de la poesía. Arreolanzar en la RAE sería lo opuesto de “Cantinflear”. Arreolanza es una invitación para que todos “arreolemos” en este taller continuo…. Arreolanza es el camino hacia la técnica y estilo de Arreola. un Arreola va a nacer del volcán de Fuego Vivo, terrenal, telúrico y sísmico.

ARREOLECTO:

Fernando Castro-Chávez comenta: “Arreola acostumbraba a brincar de un párrafo a otro según su criterio”. (Castro, 2018, p. 48). Criterio estilístico: “Arreola no le gustaban las clases de gramática, decía él que limitaban la imaginación y la inventiva de las personas”. (Castro, 2018, p. 48). La primera enseñanza de Arreola: “Para ser un buen escritor, primero se necesita ser un buen lector”. (p. 60). Arreola les recomendaba leer los mejores libros: La Biblia como miscelánea de géneros literarios nos enseña a descubrir la varia invención. “El cantar de los cantares” inspiró a muchos hacia una vida espiritual, conversión estética. Estilo arreolante es el estilo del suspenso, la trama y el silencio….

El palíndroma es una filosofía del quiasmo (o “quiasma”): “Porque Juan José Arreola escribe al derecho y al revés. Sin revés ni derecho, como la Botella de Klein. Pero todos sus textos están limpiamente soplados por un espíritu que parece malévolo en la superficie y en el fondo resulta bueno:

“Siempre es bueno decir en la superficie lo que en el fondo anda mal”. [Solapa, Palindroma, Joaquín Mortiz, 1974].

Hay que decirlo de una vez por todas: “Arreola es dueño de un estilo. Y no le importa aquí las posibilidades extremas de su tentativa de escritor imposible. En cada texto emprende la lucha contra el ángel, a sabiendas de que va a perder con todos sus semejantes. Y de la derrota sale siempre ganando. Sus alardes verbales de jugador perdido son llaves maestras que encajan en todas las cerraduras. Salvo en los corazones definitivamente clausurados por la inquina minúscula”. (Idem). La lectura de Arreola es una lectura fractálica, hiperbólica, un giro en espiral que nos lleva hacia nuevos mundos de fantasía: “El cilindro es al toro lo que la Banda de Moebius a la Botella de Klein”, y más adelante asombrado describe con curiosidad: “cuando la Banda de Moebius se esconde ella misma, surge a botella de Klein”, asimismo “quedé perplejo y salí por tangente literaria”.

El estilo palindrómico, se escribe en Mayúsculas con el fin de lograr una igualdad simétrica aparente.

De Palindromario:

ADÁN NI SER ARREOLÁTICO O CÍTALO ERRARÉ SIN NADA

ARREOLARTE LETRA LO ERRA

LA SAL ESE MAR ARREOLA SE ACURRUCA ESA LO ERRARÁ MECE LA SAL

ADÁN SER ARREOLA A LO ERRAR ES NADA

ANULA A LA EDAD ARREOLA SABE TE VAS A LO ERRADA DE ALA LUNA

AMAR ARREOLADO ODA LO ERRA RAMA

SE VAN ARREOLITA A TI LO ERRAN AVES

Variaciones sobre Arreola: Es notable la serendipia que Castro descubre: un palíndromo científico, es decir, la posibilidad de la estructura molecular como juego palindrómico.

Una analogía entre el método de Arreolanza nos permite ver cierta analogía con el método filológico. A continuación, ahondaremos en cada uno:

ORIGINALES

Filología o estudio de las fuentes originales de un texto. “Y, es precisamente aquí, a la mitad de este tema, en donde aprendemos un segundo e importante principio que Arreola usó durante toda su vida, ya que él se esforzó por obtener múltiples versionesy traducciones al alcance de algún libro, poema o texto que le gustara […] y algo que nos será muy útil para el siguiente principio, con el fin de encontrar, haciendo un esfuerzo propio, la mejor traducción que nos pueda ofrecer una mejor comprensión de su contenido, y el hacerlo lo más bellamente posible, lo que veremos en el siguiente capítulo, y aquí en este, muy especialmente vemos acerca de la importancia de tener acceso a los más antiguos documentos originales, o más cercanos al original que sea posible conseguir; por lo tanto, el principio número dos se podría encapsular en la siguiente declaración: Buscar los textos originales o más cercanos al original para tener una mejor comprensión de su contenido”. (p. 106).

Arreola consultó y leyó de primera mano textos originales como los manuscritos de Juan Rulfo, o “Canto a mí mismo” de Whitman (1941), manuscritos de Carlos Pellicer, etc…Castro-Chávez reconoce que: “En fin, Arreola nos enseñó a comparar tantas y tan diferentes traducciones”. (p. 114).

Arreola fue un buen lector filólogo, en su quehacer literario recopilaba y registraba las distintas versiones para luego cotejarlas, es decir: para realizar una comparación textual de las distintas tradiciones cuyo contraste con un auténtico original nos permite ser selectos para leer buenas traducciones, ir a los textos mismos. Se reconoce que los textos pueden ser de dos tipos: original y copia. “Texto original es, en término generales, todo aquel que alguien escribe directamente dictándose a sí mismo”. (Blecua, p. 17). Asimismo, en el devenir editorial estos textos van perdiendo su estilo original (como “La feria”) en la “copia  y pega” que muchas empresas editoriales realizan actualmente gracias a las computadoras. Hay que reconocer que un texto original respeta la voluntad del escritor.

La traducción como tarea imposible: “Esto confirma claramente el principio que se enseñará en el siguiente capítulo, y lo liga a lo que se muestra en este capítulo, lo cual consiste en que hemos de usar tantas traducciones o versiones de un mismo evento o de un mismo texto, como nos sea posible conseguir, para así poder lograr una apreciación más precisa, y más completa”: (p. 124).

Varia invención: minicuentos, microrrelatos, microensayos, minicrónicas, artículos, fábulas, alegorías, prosas poéticas, epigramas, sonetos, articuentos (artículo y cuento), apólogos, ecfrasis y parábolas, instructivos, comerciales, confesiones, diarios, epístolas, palíndromos, autorretratos, chistes, dedicatorias, prefacios, solapas, adivinanzas, reflexiones filosóficas, mitos y juegos verbales, doxografías….

COMPARAR:

La comparación adquiere una presencia especial en el ámbito educativo, según la preocupación delmaestro por impulsar en sus alumnos la realización de comparaciones significativas entre objetos o conceptos: “La comparación puede ser una herramienta académica poderosa y también es una habilidad mental utilizada en la vida diaria”. (Manzano, 1998, p. 88).

Comparar consiste en observar diferencias y similitudes, examinar dos o más objetos, ideas o procesos procurando mostrar sus interrelaciones, es decir, tratar de buscar puntos de coincidencia. Asimismo, comparar es un proceso mental que nos permite identificar elementos comunes y elementos únicos entre dos o más trozos de información. Comparar es contrastar, discriminar, deslindar, es decir, ser capaz de reconocer una diferencia o de separar las partes de un todo.

“Aunque ya habíamos tocado brevemente este punto en el capítulo anterior, aquí quisiera desarrollarlo con un mayor detalle, diciendo que Juan José Arreola en múltiples ocasiones nos leía un mismo texto tomado de varias versiones y en varios idiomas, hasta que llegaba a su mejor entendimiento del mismo (o incluso, nos decía satisfecho que su versión en nuestro idioma, ¡superaba a la poesía u obra original en su idioma natal!; juzgar esto adecuadamente le corresponde al querido lector, mediante el comparar el original con la versión traducida porArreola); y es acerca del comparar diversas versiones de lo que se va a tratar este capítulo”. (p. 133). Comparar textos, cotejar las fuentes originales, traducciones, etc…: ecdótica.

DISCERNIR

“Lentamente te transformas en lo que has llegado a ser hoy”. J. L. Jouvet.

Discernir el bien y el mal. He de enfatizar un aspecto conocido de la vida de Arreola: su búsqueda espiritual: “Implantación del espíritu”. [Arreola y Zacarías mal interpretan. Castro hipotetiza]. 
Vid. Castro, 2018, p.240.

“Discernir lo que es bueno, verdadero, bello, literario, y separado dea quello que es malo, falso, repugnante y literal”. (p. 244). Para leer Arreola hay que poner entre paréntesis el mundo, discernir entre el bien y el mal quiere decir tomar cierta distancia con la vida y la obra, ya que lo que se describe poéticamente no es real, sino ficticio. Los temas eróticos, místicos, políticos o ideológicos son temas, solo eso, el autor les da una nueva intención o significación.

Lectura clásica para arreolinos.

Lectura de Arreola para mujeres.

Los Presentes Amistosos de Arreola.

“Discernir”.

Arreola recomendaba libros, y hasta los obsequiaba como un presente: resulta interesante la anécdota de Fernando Castro-Chávez:

Y yo, Fernando, le dije:“… cómo te estaba diciendo, mi estimado Juan José, “La clase de Arreola” es tanto de literatura como lo es de tu estirpe… ¿qué te parece?, ¿eh…?, ¿pero… te quedas estupefacto, como distante, mi querido profesor?…”. Luego Arreola tomó un libro de su biblioteca, y ligeramente golpeteó mi cabeza con él, al tiempo que me decía: “¿No seas lelo y léelo, quizás llegues a ser más grande que éstos dos juntos? ¡Coloquialmente me regaló un libro de su biblioteca (y luego otros que perdí), y se los regalaba a Julio César Aguilar, a Preciado, y a todos los interesados! (pp. 257).

VOCALIZAR

“Mi primer encuentro con la literatura fue pues desde la plástica y lo musical. Me encantaban las palabras sonoras”. JJA (Passafari, p. 61).

Fernando Castro-Chávez se cuestiona: “¿Cómo comenzó la habilidad rítmica y musical en Arreola tanto para hablar como para escribir?”. (p. 265). “El gusto por la lectura en voz alta nace de la perfección de los ritmos… a un texto se le agrega emocionalmente las inflexiones de la voz, se hace… personal”. (p. 261).

Lectura en Voz Alta,  selección de Juan José Arreola.

Repercusión, resonancia….

Aprender a escuchar, como didáctica del poema.

Oralidad sobre la escritura.

Tonos, coloraciones, ritmos y olfaciones.

Juanito el recitador.

“Vocalizar es una gran clave para el bien escribir, y de entre los escritos de Arreola, me parece que los más desafiantes para la vocalización serían los dos que en “La feria” tienen que ver con el terremoto, aquel más largo de la obra que consiste en una confesión colectiva del pueblo, (…) vocalización para adultos diría yo; y, el otro relacionado que consiste en una descripción de diversas personas reaccionando ante el temblor, del que aquí ponemos un fragmento depurado, tómese como uno de los desafíos para la lectura en voz alta”. (p. 274).

SELECCIONAR:

Categorizar y clasificar consiste en agrupar ideas u objetos con base en un criterio determinado. La clasificación nos permite manejar grandes cantidades de información y facilita su almacenamiento en la memoria. La selección y clasificación constituye una operación que se encuentra en la organización total de la vida humana. Asimismo, la selección es el principio activo del deslinde o “discrimen”. Clasificar es cuestión de orden no sólo de objetos físicos, sino de cosas, animales, personas, situaciones, etc… Encierra análisis y síntesis. Clasificar y seleccionar es un:

proceso cognoscitivo que nos permite realizar distinciones muy detalladas de las características de cierto tipo de información específica.

En los apuntes de Castro-Chávez se menciona la máxima arreolina: “Conserva en tu vida y en tu memoria solamente aquellas cosas que son útiles para ti”. Lo útil es una categoría que en el caso del arte no tiene cabida, habría que decir mejor que seleccionar es distinguir y reconocer aquello valioso o afectivo.

Ahora bien: “Arreola acostumbraba decirnos que cualquier libro que no le proporcionara algo útil (“lo que no me deja algo”, decía Arreola), lo tiraba en el bote de la basura”. (Lleno de revistas de moda o literatura posmoderna).

Seleccionar, clasificar, agrupar. La clasificación es una organización del pensamiento, nos ayuda a manejar con criterios lo que es mejor.

RECORDAR:

“Yo combino los datos de mi pasado y respondo, porque de todo guardo alguna reminiscencia”. JJA. La palabra educación. (p. 299).

“Arreola entonces recitaba con todo su entusiasmo algún poema que a veces repetía antes de irse a dormir, integrándolo como parte de sus oraciones nocturnas” (p. 299).

En el Pórtico de Arreola:

“Hagan uso de su memoria, ¡recuerden las lecturas que más les gusten!” (p. 309).

La memoria y la imaginación sensibles: Marcel Proust en busca del tiempo perdido. La memoria como proceso creativo del pensamiento, no solo consiste en formar imágenes o imitar, sino en crear.

TESIS:

“Arreola siempre rechazó las limitaciones impuestas por la gramática, pues dijo que ésta iba en contra de la inventiva y del libre desempeño literario, tanto en su búsqueda de novedad, como de productividad, algo en lo que siempre insistía Arreola” (p.310).

Rulfo reconoce la enseñanza de Arreola, lo cual expresa fervientemente: “este hombre no nomás nos enseñó a escribir, primero nos enseñó a leer” (p. 311).

Arreolanza o la clase de Arreola es un prolegómeno para los Apuntes de Arreola en Zapotlán.

Nos lleva a las enseñanzas universales. Leer, escuchar, recordar es volver a vivir.

La lectura como percepción filosófica. La tesis es una orientación, intención o idea.

IMITAR

“El estilo es el hombre mismo”.

“He propuesto un sistema para enseñar a escribir, basado en la imitación modesta, humilde y apasionada” (p. 347).

Manuel del Caballero Cristiano:

Enchiridion milits Christiani

El libro de Erasmo que trajo consigo bajo el hábito el franciscano evangelizador de Zapotlán: Francisco de Sayavedra.

El taller de las tijeras nos incita a la brevedad y concisión.

Fernando Castro-Chávez considera que: “imitar los tópicos y los estilos de otros, adaptándolos a lo que nosotros realmente queremos decir” (p. 357).

Arreolanza: “los recursos literarios de cada escritor son los que determinan el estilo y el carácter de su obra” (p. 363).

El pastiche es mimesis o imitación, esto es, imitar para agregar, con la intención de ponerle nuestro estilo a la obra.

INSPIRARSE:

“Entonces, nos ha quedado claro, por esta y por las otras declaraciones semejantes de Arreola, que la primera fuente de inspiración se desprende de una lectura de alta calidad, lectura preferentemente de lo divino, para que llegue a ser algo que cause impacto, que perdure” (p. 396).

“Arreolanza” es una enseñanza autodidacta, aventuranza o, mejor dicho, bienaventuranza. (Arreola mismo dijo ser “Autodidacto” en su “De memoria y olvido” que encabeza a su “Confabulario”).

El estro armónico: Arreola se muestra como un escribano de textos sacros que revelan una profunda enseñanza secreta, iniciación a la lectura de la génesis de los textos bíblicos.

Inspiración: lo numinoso, lo otro, lo sacro o el estro.

Mysterium tremendum.

VIVIR.

Eros cosmogónico:

“El punto que veremos en este capítulo se enfoca en que tú, querido lector o lectora: ¡Vivas! Lo que se podría ejemplificar con el indicar que muchos autores van a sitios específicos para poder documentar sus experiencias, como fuentes de inspiración para escribir alguna de sus obras” (p. 435). Experiencia etnográfica: “La feria”, vida delp ueblo, las costumbres, las fiestas y la religión popular. La razón vital de Ortega y Gasset, la razón al servicio de la vida. Fernando Castro-Chávez anuncia felizmente: ¡vivan su vida intesamente, así podrán tener de qué hablar, de qué escribir y qué enseñar! (p. 459). “Y ciertamente, la influencia en la educación de Arreola sigue viva, tanto en las vidas de todos los escritores que le conocieron, directa e indirectamente, ya mediante sus trabajos, escritos o hablados” (p. 439). El saber experiencial: “Todo esto también nos ayuda a inspirarnos como artistas, al ver cómo es que la circunstancia circundante en la vida de casi todos los buenos escritores”: nos advierte de un saber práctico, prudencial o experiencial. Voluntad de vivir. Saber para vivir mejor. Saber discernir, seleccionar, enseñar, valorar.

ESCRIBIR:

“Este capítulo va a ser largo, ya que Arreola se enfocaba, tanto en enseñar acerca de las más inspiradoras lecturas que él llegó a conocer y a apreciar, y a las que él tomaba como fuentes de inspiración, así como de imitación, para luego a continuación ponerse a escribir en base a ellas, a aquellas lecturas que le dejaban algo más perdurable en la memoria con lo que pudiera él ponerse a trabajar”. (p. 467). La confabulación arreolesca: yo te leo y tu me lees. Leer para escribir.

Castro: ¡Escriban sus pensamientos, su diario, sus poemas, sus experiencias, sus ensayos, sus cuentos, sus novelas, escríbanlo todo! (p. 490).

Arreola: portentosa sensibilidad, gran gusto, catador de la palabra. Escribir es reescribir: fenomenografía del ente fluido, es decir, contar y describir vivencias. La sustancia de la escritura es la vida misma. Leer para escribir.

Recursos retóricos, lingüísticos, estilísticos: adjetivación, metaforización, estilización. Reconocer los tropos literarios para escribir correctamente con mayor fluencia, ver preceptivas literarias. Uso de comas, punto, sintaxis, frases, hipérboles, metaplasmos, analogías, concisión, brevedad, etc…. Talleres mecánicos verbales de los que habló Pablo Brescia nos proporcionarán un mayor conocimiento de la escritura. Escribir con sangre, significa, con el corazón y el espíritu… La letra no debe ser letra muerta, sino letra viva.

ENSEÑAR

¡No enseñes a tus alumnos lo que no amas!”, gustaba profesar Arreola. Más que el conocimiento está la intuición, el amor y la experiencia. Arreolanza consiste en transmitir lo aprendido con emoción vital. La maestría de Arreola es la lección de entusiasmo y autenticidad que supo dar a muchos escritores jóvenes. Su apuesta por la literatura y los jóvenes: “El maestro debe comunicar su personal deleite de lector, ilustrar el estudio con metáforas, hacer del curso mismo una obra literaria llena de animación y movimiento, de emoción y fantasía” (Castro, p. 522).

Enseñar consiste en transmitir sentimientos, pasiones, valores, imaginaciones e ideas, enseñar el amor la sabiduría. Podemos ver que la inteligencia es emocional y afectiva. Enseñar consiste:

En despertar la emoción que conmueve: “Arreola nos enseñó varios ejemplos breves de una de sus estrategias más recomendadas, que era aquella del reemplazo o substitución de textos clásicos con nuestro propio lenguaje, tema y texto” (Castro, p. 522). El humanismo en sentido clásico.

Banquete Arreolino:

Sapere Aude, el saber alegre. El saber nos permite asimilarlo con sabor, saber es saborear las cosas, disfrutar, probar, ensayar….Arreola era un rumiante que asimilaba en bolos digeridos toda la cultura occidental para entregarnos en síntesis el conocimiento universal.

Diferencias entre sabiduría (personal), conocimiento objetivo, creencia (religiosa).

El valor educativo de la “Arreolanza” consiste en: “Aprender a desaprender para reaprender”.

Se reconoce el buen consejo, la enseñanza moral, la educación para la sensibilidad,

Ex – ducere: conducirse hacia afuera. Salir de sí mismo. Conducirse con los demás en el buen juicio basado en la prudencia.

“Lo que oí un solo instante a través de la zarza ardiente”. JJA.

Castro-Chávez reconoce que: “Por medio del oído y ante la persona idónea para transmitir sus conocimientos nos llega la luz, la inquietud por saber más y aprovechar el acceso a esa fuente de información” (p. 526).

Moraleja: “Enseñen lo que saben, lo que han vivido, lo que han escrito, y cómo es que han salido adelante en sus vidas” (P. 528).

Enseñar no solamente es mostrar o transmitir, sino enseñar con el ejemplo, ser ejemplo de vida, de vidas ejemplares. Enseñar a amar, a respetar, a ser libre, solo se puede hacer si uno ama, respeta y piensa libremente, sin estar enajenados. La filosofía de la vida de Arreola se halla en que el “murió como vivió”. Siempre fiel a sus convicciones, creencias y valores, espíritu inquieto por saber, reconoce su ignorancia, es una ignorancia docta.

A todos le debemos algo, nada es propio, el conocimiento es humano, compartido de generación en generación, por eso: “No lo olvides cuando se te ocurra algo importante, ten la seguridad de que la idea no es tuya. Es una lección muy dura que he aprendido” (P. 529).

Arreolización de la cultura: por medio de sus enseñanzas llegar a trascender los valores de la cultura, tal como lo expresa Max Scheler: “La cultura es lo que yo me apropio como mío, habiendo sido de alguien ante de mí, al haber sido descubierto u originado por otra persona” (p. 530).

El conocimiento es patrimonio espiritual no tangencial, se reconoce porque guía a la humanidad hacia la verdad como aspiración del saber y del hacer: “phrónesi”s. Los pilares de la humanidad: arte, ciencia, religión y filosofía.

Silvio Rodríguez gustaba decir: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan un año y son muy buenos, hay hombres que luchan muchos años y son mejores, pero hay quienes luchan toda la vida, esos, esos son los imprescindibles” (Bertolt Brecht).

Con esto queda dicho que Juan José Arreola es uno de los hombres más imprescindibles de la literatura mexicana.

Al final una joya literaria:

LA VOZ

Voz de palabra vacía

¡lleno de aliento tan grande!

Que en mi sentido se expande

Con indecible poesía

¡Suma de tanta energía!

La palabra limpia y suave

En que todo sueño cabe

Con realidad tan estrecha

Que la vida irá deshecha

¡cuando el sonido se acabe!

JJA. Texto inédito.

Castro, 2018 (p. 806).

LA LUZ DEL SOL

La luz del sol está tras el nublado

Que encubre el azul de nuestro cielo

Con la opaca densidad del velo

Que llueve a gotas de cristal diluido.

Sacude el cierzo con helado aliento

Las hojas los árboles del prado,

Y murmura la lluvia en el tejado

Su murmurio monótono y cansado.

Doblan las milpas sus delgadas hojas

Que el viento azota y que la lluvia moja

Mientras el indie en su china se cobija

Y entona un aire triste de pausadas quejas.

Sobre las oscuras piedras de la calle

Pasa ondulante y turbia la corriente

Siguiendo rumorosa la pendiente

Que marcan los declives de mi valle.

JJA. Texto inédito. (Castro, 2018, p. 807).

Referencia: Castro Chávez, F. Arreolanza o La Clase de Arreola. Edición del Centenario. Guadalajara: Escenario Editorial Libra; 2018:812 p. (Portada naranja). Cuya segunda edición impresa se encuentra en Amazon: https://www.amazon.com/gp/product/172000000X, así como su edición Kindle: https://www.amazon.com/gp/product/B07H15V6Q2

P.D. Comentarios adicionales son:

Comentarios de Orso Arreola Sánchez (hijo de Juan José Arreola y autor de una biografía parcial del mismo, titulada: “El último juglar”) en relación con “Arreolanza” (5 de octubre, 2018. “XI Coloquio Arreolino”, cuando Fernando Castro Chávez presentó su: “Otra lectura de “La feria” de Arreola: Las viñetas de Vicente Rojo”):”Fernando Castro Chávez, autor de un libro que está en proceso, que es “Arreolanza, o la clase de Arreola”… que es un libro que viene en proceso, yo siento que se está gestando, y que puede ser un libro con muy interesante aporte a la obra de Juan José Arreola. Este texto de “Arreolanza” es un esfuerzo titánico de Fernando por reconstruir un encuentro con Arreola, la verdad lo celebro mucho, estoy muy contento de este libro porque en realidad surge como tantos otros libros de los discípulos de Arreola, unos que estaban cerca, otros que estaban más lejos,otros que llegaron y se fueron, otros que fueron grandes escritores, me da mucho gusto eso: “Arreolanza” es una buena “recordanza” de Arreola… no me queda más que celebrar esta compañía tan grata de Fernando Castro Chávez con “Arreolanza o La Clase de Arreola”, es un libro nuevo que hay que estar atentos a él…Éstos comentarios, y otros más, así como la conferencia completa acerca de la “Otra lectura de “La feria” de Arreola: Las viñetas de Vicente Rojo”, se encuentran en el libro: amazon.com/gp/product/1728971365

Comentarios de Virginia Arreola Zúñiga (hermana y colaboradora de Juan José Arreola), que aparecen en el Prefacio de este libro de “Arreolanza” (31 de diciembre, 2016):
Querido lector, estamos frente a un libro de aprendizaje para poder llegar a ser buenos lectores, y también, si lo queremos, escritores e instructores. En él, Fernando Castro Chávez nos presenta de una manera más ordenada las pláticas desordenadas que mi hermano Juan José le compartiera, que eran conversaciones con un formato bastante informal a base de diálogos peripatéticos… obra educacional.
Dejo frente a ustedes el excelente trabajo de los recuerdos de Fernando, uno de los últimos alumnos de mi hermano Juan José Arreola Zúñiga; es decir, uno de sus pequeños alumnos que subían al mirador de su casa en Loma de Barro, Barranca del Tecolote, desde donde se ve el pueblo de Zapotlán, así como su bella laguna y sus alrededores. Para documentar sus recuerdos, Fernando se apoya, andando, como ya lo hemos visto, en el genuino espíritu de mi hermano Juan José, tanto en trabajos previos de otros, como en los que yo misma he publicado narrando mis propios recuerdos, incluyendo a mis textos y a mis poemas (“Opalescencias”, “Decolor del ámbar” y “Abalorios”), así como de otros ya publicados que hablan acerca de mi hermana mayor, que en paz descanse, María Elena, quien tanto influyera, como se verá en este libro que tienen en sus manos, en las decisiones profesionales que mi hermano Juan José tomara en su vida, así como mi papá, quien también fuera mucho muy importante en las obras de mi hermano, especialmente para su libro de “La feria”… Fernando también captura en este libro, cosas de entre los recuerdos aún más cercanos de Orso Arreola, hijo de Juan José y también escritor; quien estaba a su lado cuando publicara los recuerdos de mi hermano en su obra acerca de “El último juglar”, que es como él se refiere a mi hermano en ese libro…
Concluyo con esta presentación diciendo que es una joya que Fernando se haya propuesto a recordar, a recopilar, y más importante aún, a documentar de una manera ordenada y por temas, las cosas tan valiosas que mi hermano Juan José le enseñara a él, cosas que a mí también me hubiera gustado mucho escuchar, y que ahora puedo leer con gran gusto, las que han sido enriquecidas con el propio aprendizaje de Fernando, a partir de los cimientos que mi hermano le entregara, y que aquí han sido puestos por escrito para beneficio de los que leen, y de aquellos que anhelan poder también escribir cosas de calidad; Fernando me dice que cada vez que venía de Guadalajara, era para él como una fiesta la de poderse encontrar en persona con mi hermano Juan José, quien jamás lo ignoró o lo menospreció, siendo Fernando un niño cuando comenzó a aprender de él las cosas que, gracias a la dedicada labor de Fernando, hoy me permito leer yo también; la perspectiva de un joven alumno de mi hermano, aprendiendo de él a temprana edad, es ciertamente única, notable y digna de ser tomada en cuenta; siendo este el primer esfuerzo del que tenga yo memoria, éste de integrar de manera organizada las clases que Fernando aprendiera de mi hermano, para ofrecerlas a las generaciones futuras; esto es algo que yo alabo con todo mi corazón. Entonces, Fernando, ¡muchas gracias por enriquecer tu trabajo a partir de lo bueno que mi hermano te enseñara, y que el amable lector siga hallando la confianza de leer, escribir y enseñar de la mano de Juan José Arreola!
El texto completo se encuentra en esta obra misma: amazon.com/gp/product/172000000X

Comentario de Cayetano Chávez Villalvazo, presidente de la “Asociación de trabajadores culturales “Guillermo Jiménez”, A. C.”, Zapotlán el Grande, Jalisco (Casa Taller Literario Juan José Arreola, 15 de noviembre del 2018):
Fernando Castro Chávez, doctor en Biología Molecular por el “Baylor College of Medicine”, un gran científico que ha publicado más de 15 investigaciones en “U.S. Library of Medicine National Institutes of Health” (PubMed), nos platica de su relación con el maestro Arreola, desde los 9 hasta los 23 años, se le refiere como su “mejor educador”, así como “el mejor escritor” que ha conocido en persona durante toda su vida. De las lecturas predilectas y los autores que más agradaban a Arreola, nos ilustra por qué el título de “Arreolanza” al libro que escribió sobre nuestro maestro… Agregando dos calificativos a la obra de Arreola: Su “Realismo plástico” y “Elasticidad ramificante”, apodos que le pone a estilos distintivos de la gran obra.
La obra de Fernando es una obra con una marcada tendencia al perfeccionismo, basado en el método científico y a su formación en él, notándose en su forma de citar y basar cada uno de sus argumentos en hechos y referencias consultables.
A la par se nota el humanismo y el gusto por la cultura en general, la literatura y la educación: ¡Felicidades a Fernando Castro Chávez, por este sabático que se tomó y por lo productivo que ha resultado!
Finalizo mi comentario con una nota textual del libro “Arreolanza”: “Así pues, y para celebrar los primeros cien años de Arreola, les ofrezco este, mi trabajo artesanal al tiempo que brindo diciendo: “¡Arriba Arreola!”, y si él estuviera aquí, me miraría y me preguntaría: “Arriba, ¡sí!: ¿pero arriba de qué o de quién…?””:
¡Felicidades al Maestro Juan José Arreola!
Tomado del texto de Cayetano titulado: “Presentación de “La Gaceta Literaria”, Nov. 2018″ (Próximo a aparecer en línea cortesía del director de la misma: Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar).

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